Lo he visto; la confianza en uno mismo emana cuando tomamos una posición en la vida, cuando defendemos algo que para nosotros es importante. Al tomar consciencia de nuestros valores, podemos identificar a los de nuestra tribu, quienes están con nosotros y quienes no. Más allá si tu postura es buena o mala, lo importante es tener una; así se forman los grupos, y así se puede llegar lejos.
El bloqueo es el resultado de quien no sabe a dónde va, de aquel que no ha reflexionado en torno a sus valores, a su posición, a lo que le es importante.
Tolstoi escribía desde el privilegio aristócrata, Dostoievsky desde los desclasados; Jane Austen desde los estereotipos femeninos. Las palabras fluyen cuando tienes donde apoyarte, puedes construir un argumento cuando conoces tu posición.
Tomar partido por un bando hace todo más entretenido, emergen naturalmente los antagonistas, las tesis, las hipótesis, y eso termina enganchando. Al asumir una posición se ordena el caos, y en esa estabilidad es cuando puede nacer un estilo, una forma única de decir las cosas.
“Nadie es escritor por el solo hecho de haber decidido decir ciertas cosas y hacerlo, sino por haber decidido decirlas de una determinada forma; es el estilo, ciertamente lo que determina el valor de la prosa” J.P. Sartre
¡Muy bueno! ¡Me encantó! Toda la razón. Las cosas, las palabras, el origen de las ideas proceden de un estado común, un lugar dentro de nosotros mismos. No volver consciente este lugar dificulta un poco la labor creativa, como también caer en tendencias sobrereflexivas. Tal es mi caso ¡ja, ja! Pero siempre se saca algo bueno de todo ello. Un abrazo.
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Gracias por pasar . Un abrazo Juan Ignacio, y feliz santo hoy!
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Buenas! Aquí Jaír, de EfectiVida.
Buenísimo compañero!
Además, al seguir con naturalidad nuestra propia voz podemos publicar sin miedo al síndrome del impostor, ya que hay tantos estilos como personas en el mundo. Un abrazo!
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Así es amigo!, y el estilo como las personas también evolucionan. Un abrazo Jair, como siempre un honor tenerte por estos lados.
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…Como una palanca para mover el mundo. Un abrazo.
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